Mi viaje personal a través de los pezones doloridos y agrietados

El dolor y los pezones agrietados durante la lactancia son una de las luchas más comunes para las nuevas mamás, y además también sson una de las principales causas de que las mamás acaben la lactancia de forma anticipada.

Y es que puede ser muy doloroso y desalentador lidiar con pezones agrietados. ¿Qué se puede hacer? ¿Cuáles son las causas?

En este post voy a compartir mi experiencia personal sobre cómo pude curar mis pezones y continuar mi proceso de lactancia. Porque como siempre decimos, la lactancia es una experiencia única y diversa, ¡y debe ser vivida en nuestros propios términos!

Me llamo Marta Aguiar y soy la cofundadora de We Are Mammas. Soy mamá de dos niñas, Olivia de 6 años y Mia de 9, y aunque soy una firme defensora de la lactancia materna, sé de primera mano que ésta no siempre es fácil. Así que estoy encantada de compartir con vosotros mi historia: agotamiento, dificultades de agarre durante los primeros días, pezones agrietados, dolor y varias cosas más.

EL COMIENZO

Cuando di a luz a mi primera hija Mia, estaba convencida que la lactancia sería fácil (mi madre me había dicho que yo me puse al pecho y fue todo facilísimo). Sabía de primera mano lo beneficiosa que es la lactancia materna (y cómoda!) y confiaba al 100% en mi capacidad para amamantar (lo sé... qué ingénua)

Tras un parto muy largo (en la maternidad de Barcelona conocí a 3 turnos de matronas... podéis hacer números de las horas que estuve ahí), estaba exhausta y mis problemas de lactancia empezaron ya en la sala de partos. El agarre de Mia no era correcto, pero yo estaba agotada y no podía enfrentarme a reintentar el agarre una y otra vez. Tengo que decir que creía que la lactancia materna llevaba tanto tiempo practicándose que las madres debían tener una habilidad natural a la hora de hacerlo...., pero me equivocaba.

A la semana de salir del hospital, Mia era un bebé inquieto (tengo que reconocer que creo que tenía hambre...) Yo seguía agotada y sentía los pezones como si tuviera un erizo paseándose en ellos las 24 horas del día. 

Estaba tan desesperada por conseguir que todo el proceso fuera los más rápido posible, que cuando empezaba a dar el pecho, dejaba que se quedara en él aunque el agarre no fuera correcto. Y esto acabó siendo un desastre. Empecé a sentir pánico antes de amamantar y me entraban sudores fríos cada vez que veía a Mia con hambre.

En ese momento empecé a buscar en Google y descubrí que lo que me ocurría no era excepcional. Probé todos los trucos que encontré, pero mi dolor fue empeorando a medida que pasaban los días y las semanas. Hasta volverse insoportable.

Mia nació en diciembre, era Navidad y nuestra casa se llenó de invitados y familiares que querían conocer a Mia (era el primer bebé de la familia) y no tuve fuerzas ni para decir que no, era como si viviera fuera de mi cuerpo y pasara el día en piloto automático. Y me pasó una factura enorme tanto a nivel físico como mental.

¿CÓMO CONSEGUÍ CURAR MIS PEZONES DOLORIDOS Y AGRIETADOS?

Como rendirme no era una opción (¡soy una cabezota!) hice lo que tenía que haber hecho al principio, buscar el acompañamiento de expertos. Jordi de mamapit fue mi salvador, corrigió el agarre de Mia y me habló de los frenillos (ya haremos un post específico sobre ellos). Y una vez solucionado el tema del frenillo,el agarre y la posición, trabajamos juntos en el plan de curación de los pezones.

Paso 1 - Agarre perfecto

Cuando Mia empezaba a mamar, tenía que estar 100% segura de que había un agarre perfecto. Si no empezábamos bien, la retiraba y volvía a empezar, hasta que lo conseguíamos. Después de ver cientos de vídeos, creo que el que os dejo en el link de abajo explica perfectamente el proceso de agarre. Fue muy difícil, porque el agarre era un momento muy doloroso, literalmente veía las estrellas. 

Aquí os dejo el video!

¡Y también os dejo un súper consejo! Descubrí que empezar a amamantar por el lado que estaba "mejor" (menos dolorido) y luego pasar al lado que me dolía más, ayudaba mucho ya que el bebé no mamaba con la misma fuerza.

Paso 2 - Cuidar mis pezones

Aquí empecé mi "régimen de curación". Y fui muy estricta, no me salté ni una toma y no me permití excusas.

  • Cada vez que acabábamos, me extraía un poco de leche y la dejaba secar en el pezón. A continuación, me daba un "baño" en una solución salina de agua tibia y sal del mar muerto (la disolvía en agua templada y usaba 2 vasos de chupito para aplicarla ¡Atención! sólo de 6 a 8 minutos!) y los dejé secar al aire.
  • Después de eso, me aplicaba un bálsamo para pezones (creo que he probado más de 20 tipos a los largo de las 2 lactancias) ya que el asesor de lactancia me dijo que no tenía ninguna infección que requiriera cremas antibióticas.
  • Y llevé a cabo este régimen religiosamente cada vez que terminaba de amamantar (fue un gran esfuerzo, especialmente mientras aprendía a cuidar a un recién nacido, pero lo convertí en una prioridad)

 Y de repente las cosas empezaron a mejorar, mis pezones se estaban curando, la lactancia era mucho menos dolorosa y empezaba a no temer el momento de dar el pecho. 

Diez meses después, mi hija y yo seguíamos con la lactancia materna felizmente.

CONSEJOS CLAVE

Comparto estos consejos por si os ayudan a evitar una experiencia como la mía, pero mi primera recomendación es que os pongáis en manos de profesionales:

 Cada vez que das el pecho:

    • Asegúrate de que el agarre es perfecto. Si no estás segura, acude a un asesor de lactancia.
    • Si el agarre no es perfecto, intenta corregirlo, ya sea abriendo suavemente los labios del bebé, o desenganchándolo por completo e intentándolo de nuevo. No sigas amamantando con un mal agarre ya que es el origen de las temidas grietas.
    • Después de amamantar, asegúrate de que tus pezones estén secos (lo mejor es secarlos al aire).
    • Aplícate un bálsamo (mejor si es natural y sin lanolina) para ayudar a la regeneración de la piel.

Otras recomendaciones para combatir el dolor en el pezón o las grietas:

    • Habla con un asesor de lactancia para solucionar el problema. Pueden comprobar varios problemas, como el agarre correcto, la lengua o el labio, etc. 
    • Empieza a dar el pecho por el lado menos doloroso.
    • Empieza a a dar el pecho a la primera señal de hambre de tu bebé, para evitar la succión ansiosa.
    • Puedes probar con pezoneras de silicona, pero consulta antes con un asesor de lactancia.
    • Después de amamantar, prueba de aplicar frío para aliviar el dolor. Si tienes heridas, evita el calor ya que puede llevarte a una infección.
    • Si utilizas discos absorbentes, asegúrate de que se mantienen secos y cámbialos con frecuencia.
    • Utiliza una solución salina si tus pezones sangran o se agrietan (nuca más de 6-8 minutos)
    • Utiliza un bálsamo de pezón, como os he contado, después de probar mucho nos decidimos a crear uno propio, natural y vegano. Si crees que tienes una infección no te automediques, consulta antes con un médico.
    • Si estás amamantando con dolor, debes mentalizarte que probablemente experimentarás angustia. Esto es normal y desaparecerá a medida que tus pezones se curen y la lactancia sea menos dolorosa (y lo será).

Y recuerda que tener un inicio difícil NO significa que no vayas a tener una lactancia larga y exitosa.

Espero que todo lo que he compartido en este post te ayude en tu viaje. ¿Compartes tu experiencia con nosotros?

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